Nadie sabe
Vuelve al ruedo, mi dulce engaño. Que quien se retira, nunca es abatido. Que quien engaña siempre recibe su merecido. Dijeron ayer que por algún callejón oscuro encontraron rastros de tu maldad y me preguntaron si dolió. La respuesta: por supuesto que no. Tarde o temprano iba a llegar la partida. Quien jura amor eterno, es sólo una persona de falsas promesas. Todos sabemos que nunca encontré mi lugar en vos, porque el margen no es un lugar aunque algunos crean lo contrario. Recuerdo a Clara decirme: “no te salgas del margen cuando pintes tus dibujos”, ahora entiendo mi papel, ahora entiendo mis colores. Ahora entiendo la técnica del abismo, la del perdido. Cada uno cree saber cuál es el momento preciso para decir “basta”. Pero es solo una cuestión de fe.