Crónicas del Inconsciente

Quiero que llueva. Que corra viento. Que suenen los truenos y cieguen los relámpagos. Quiero que llueva a cantaros, a piedras, a golpes. Quiero que llueva y se lo lleve todo. Que agua, el río y el mar se lo lleven todo. Quiero que te vayas, que te borre, que te derrita, que el agua te lleve a las calles, al río y al mar. Que llueva. Que llueva con todo y que llueva con todos. Que el agua sea calma, tempestad, silencio, gritos, dolor... calma y tempestad que sea. Que se lleve mi memoria, que se lleve mi historia, que borre todo, que me lleve a las calles, al río y al mar... y en el olvido, entre el agua y la arena te presente el tiempo que ya no aqueja y entre piedas y estrellas te vea, y no te reconozca, porque estarás también en las calles, en el río y en el mar...y en el olvido. Te vea y no te reconozca. Quiero que llueva... con todo. Quiero que borre, que lo borre todo.Que lo embarre, que lo seque, que lo pudra, que se borre. Que se borre todo-

Sacude el pantalón que levantó del piso y abrocha la camisa que dejó en el sofá. Se acerca a la cama, la mira tendida, satisfecha, dormida… se aproxima hasta su mejilla colorada y le da un beso. Camina por el pasillo, abre la puerta sin mirar atrás y sale sigiloso, en silencio. Ella no duerme, lo escuchó vestirse pero no abrió sus ojos. ¿Para qué fingir una despedida? Si los une un “para siempre eterno” mientras dure la madrugada apasionada del cielo azul y la luna color esmeralda. Caminará entonces por las calles vacías, susurrando una canción lenta que habla de amores prohibidos, que habla de pasión y de melancolía. El sabe bien que nunca será suya. Ella lo sabe también. Y lo entienden, y lo aceptan, y se buscan, y se hacen uno en carne pero… el espíritu libre permanece sin cadenas y la conciencia intranquila a veces no los deja dormir, más abrazan a su ser amado y le toman la mano, y acarician su rostro pero no piensa en ella, ni piensa en él… su corazón permanece duro, y la piel h...