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Mostrando entradas de junio, 2018

Sazonar

Me di cuenta que algunas cosas estaban andando mal. Me di cuenta ayer, cuando me preparé mi café de todos los días y en mi ritual cargado de puntualidad encontré el atraso de unas horas. Pero terminé de confirmarlo cuando en el primer sorbo en vez de azúcar, mi café estaba cargado de sal. Deberías tomarlo amargo, pensé. Como antes. Pero los años nos ablandan y aflojan la exquisitez del paladar. Tomé la sección “Policiales” y sólo leí los títulos. En realidad, aunque suene absurdo, no me interesan las noticias. Pero me parece bien fingir que sí, aunque nadie me esté observando. Aunque esté tan solo, en mi cocina. “LE AVISÓ CON UN WHATSAP QUE LA IBA A MATAR”. Extraña forma de titular una muerte, ¿no? Extraña forma de titular, en realidad, lo que sea. Dos sorbitos cortos y mi café se vio aniquilado, dejando en la taza blanca manchas agonizantes color marrón. Manchas que pedían auxilio, que pedían ayuda, que pedían de un modo disparatado por favor algo de piedad. En esta época ya nadie...

Juego de Mesa

El tablero está sobre la mesa.  También las fichas, las cartas y los dados. Tus colores no son los míos. Yo soy rojo;  a vos, la verdad, te da lo mismo. Piedra, papel o tijera para empezar. Yo papel, y vos de piedra. Estamos los dos en el punto de partida. Sacudo mis dados y   los lanzo hacia el cielo como si fueran monedas de suerte decisiva, pero uno se cae al suelo, entonces tiro de nuevo. Cinco. Avanzo cinco casilleros, mi ficha ya está en su lugar. Así comienza el juego. Entonces tu turno, tu tiempo. Tus ganas, tus besos. Avanzás, yo no me detengo. Seguimos jugando, lanzo mis dados. Avanzo yo, vos retrocedés de nuevo. Decís: -Quiero terminar el juego. Respondo: -Es que vas perdiendo. Seguimos, sin ganas. Se estropearon algunos casilleros. El tablero está dañado,   algunas indicaciones   se nos borraron y ya no nos entendemos. Hacés un trago, le das suspenso al juego. Y de nuevo: tu turno, tu tiempo. Mis ganas, sin besos. -Se me hizo ...

Alma abierta

Que no te sorprenda distraído, que te encuentre atento. Siempre atento. Que sepa que estabas predispuesto, con la mochila en los hombros listo para seguir.  Y que estabas siguiendo. Que entienda también que si, que está bien.  Que para vos el tiempo sí se detiene, cuando querés, si querés. Que no te sorprenda asustado, que sepa bien que vos estás al mando. Que te encuentre y se sienta a gusto de enfrentar el nuevo desafío, Que estés con las manos abiertas dispuestas al trabajo, Que tus abrazos sean regocijo por si llega cansado, Que tus pies sean fuertes para cargarte a vos y a él si así fuera necesario, Que cuando llegue le des la bienvenida con palabras bonitas,  sin reproches, sin engaños. Que no sepa que te asusta lo desconocido, Que no se dé cuenta que ya te habían lastimado, que ya estuviste herido. Que cuando llegue, sepa que estás listo. Que ya sanaste, que ya no duele. Que cuando el amor te encuentre sepa que no lo estuviste buscando. Que l...