Hormigón

Explotan las venas del corazón, de sus ojos caerán doce lágrimas y nada más. No habrá otro amor después del nuestro, le dijo. Pero es mejor arrancarse los rastros obvios de un destino indeciso, que nos pierde… a los dos.
Y yo, con las piernas firmes en una tierra movediza, no voy a decirle nada. Para mi no hubo amor, para mi fue un juego y estamos a tiempo de ganar la derrota de un uno a dos.
No voy a permitirle a la noche del demonio traerme el sueño pensando en vos, no voy a permitirle a mis nervios inquietarme por esperar tus manos, no voy a permitirle a mis ojos mirarte con dulzura, ni voy a permitirte acercarte a mis labios y que ofrezcan la manzana que no quiero probar… o si…
Y quizás sea una mentira, pero ya nos acostumbramos a mirarnos y fingir. Ya nos acostumbramos a respirarnos cercanos, vos de mi, yo de vos. Pero son aires oscuros, aires contaminados.
¡No seas impaciente!, gritó en medio de la noche... pero si no quiero esperar, no quiero los resultados de esa espera, no quiero que llegue lo que parece que no se va…
Miráme a los ojos, son arterias enfurecidas… no creas que fue amor. Si te confundiste, fue por tu culpa, y por la del hormigón. Hay baches que nos obligan a saltar, nos obligan… ¿entendés?
Ojala puedas quitarte la venda que cubre tu luz, porque yo no me presto más…. Yo si lo tengo, y es mío… y es eterno… y es verdad. No es como el tuyo, ¿te diste cuenta que todo lo que tocás se convierte en oro? Lástima la esencia, no es oro de verdad.
Y si de fantasías fue nuestra historia… fue muy linda, fue linda lo poco que duró. Pero yo tengo mi historia verdadera, yo tengo un par de manos que si me acarician mi piel tiembla, yo tengo labios rosas que si me besan me desmoronan, yo tengo esa luz que a vos te hace falta… yo tengo mi amor y no lo quiero soltar… no lo voy a soltar.
No te quedés conmigo… si me olvido de mis palabras y mi instinto sigue a tu olor, no te quedés conmigo. No nos engañemos… yo no soy para vos..