La pregunta equivocada
Son mis lágrimas de fuego. Como si fuera ayer te recuerdo, escondida tras tus manos que una vez me acariciaron. Encogida en el llanto, silencioso y perturbador. Y me hubiera gustado tanto ser tu sueño.¡La vida hubiera dado por no haberte decepcionado!
Y sentí tu dolor y lo hice mio. Y vivi tu angustia y la hice mía. Y te miré... tan triste, tan sola... y no pude reaccionar. A mi me mató el dolor. A vos te mató mi alma.
Nació el pecado conmigo. ¿Habré elegido el camino errado o la llave me tiró al pozo? Todavía me pregunto cuántos poemas se le escriben al amor, cuántas canciones se quedaron sin melodía, cuántos nietos no te dí... y sobre todo resuena una y mil veces la pregunta tan equivocada: ¿por qué nací así?
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¿Por qué nací así?
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