Perdón, ¿te puedo tutear?
Cierra la puerta con sigilo y apaga la luz. Sabemos que no hay vuelta atrás. La calle y su gente quedaron afuera. Y desde esta puerta hacia adentro hay un nuevo mundo por inventar. Se acercan, tímidamente y desliza por sus labios un beso cálido e impaciente. Hunde el rostro en el cuello y se embriaga de fragancia de mujer. Gira por su espalda y su brazo tibio le rodea la cintura, hay una canción de fondo. No es nuestro idioma. Ahora el idioma es el amor. Y el amor motiva a quitarle una musculosa que es prisión de dos encantos. Y la libertad es para mis manos una bendición. ¡Vaya conflicto el mío! ¿Por dónde empezar? La puerta no tiene llave. Pase. Y su boca húmeda impaciente suelta un gemido de placer que se calla con un beso. Y otro. Y otro. Y otro más. Princesa, el camino a tus piernas es un viaje de placer. Pero en esta habitación oscura la temperatura es alta, y me siento mal. ¿Está mal si te pido agua? Agua…. Agua que corre en tu entrepierna, y mi sed infinita est...