Perdón, ¿te puedo tutear?
Cierra la puerta con sigilo y apaga la luz. Sabemos que no hay vuelta atrás. La calle y su gente quedaron afuera. Y desde esta puerta hacia adentro hay un nuevo mundo por inventar. Se acercan, tímidamente y desliza por sus labios un beso cálido e impaciente. Hunde el rostro en el cuello y se embriaga de fragancia de mujer. Gira por su espalda y su brazo tibio le rodea la cintura, hay una canción de fondo. No es nuestro idioma. Ahora el idioma es el amor.
Y el amor motiva a quitarle una musculosa que es prisión de dos encantos. Y la libertad es para mis manos una bendición. ¡Vaya conflicto el mío! ¿Por dónde empezar?
La puerta no tiene llave. Pase. Y su boca húmeda impaciente suelta un gemido de placer que se calla con un beso. Y otro. Y otro. Y otro más.
Princesa, el camino a tus piernas es un viaje de placer. Pero en esta habitación oscura la temperatura es alta, y me siento mal. ¿Está mal si te pido agua?
Agua…. Agua que corre en tu entrepierna, y mi sed infinita está por ser saciada. El manantial en mí, un río, un lago y un mar. Ya no hay ropa de por medio y ¿sentís? Placer en cada átomo de mí ser. En cada espacio de tu piel. Que bien se siente tocar…
Su unión y la mía han creado un nuevo mundo digno de explorar. Permítame ser origen y final. Permítame ser creador y creación. Permítame ser letra de esta canción. Es que siento que quiero todo con vos. Perdón, ¿te puedo tutear?
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