Sensitivo



Recorren mis yemas la piel desnuda, puedo sentir en cada movimiento como se te eriza la piel, mis manos se pasean por tu cuerpo lujurioso lleno de placeres para mí, el contacto con vos me hace tan feliz…
Puedo saborear el dulce de tu cuerpo, en tu cuello, en tu boca, en tus manos, en tu ombligo, en tus piernas… dulce adicción de mi lengua gustosa de estar en vos.
Y en mis oídos, tus gemidos. Susurrás mi nombre. ¿Te dije que nunca me gustó tanto como suena mi nombre con tu voz? Me gusta tu acento. Me gusta tu forma de hablar… y se te acelera la respiración. Se acelera mi pulso. ¿Sentís como late mi corazón? Está agitado por vos.
Puedo mirarte maravillada por la vida y sus vueltas. Date vuelta, quiero besarte la espalda. Con mi nariz acaricio tus curvas mientras respiro el perfume de la mujer más linda del planeta entero. ¿Exagero? Siempre decís que exagero.
Y yo que no entiendo el mundo, ni a vos, ni a nada, me conformo con verte tendida en la cama, gustosa de ser amada, sonriendo con esos labios rosados que me regalan besos húmedos, que me comen por dentro, y tiemblo.  Me conformo con verte satisfecha de esa necesidad mundana de ser una sola persona, esa necesidad superior de fundir almas. “Tenés mi tiempo, si me das tu espacio”, y apoyo mi cabeza en la almohada.
Dejáme dormir así, entre tus brazos con tu respiración en mi nuca. Me gusta sentir que te pertenezco, que me cuidas. Me gusta sentir que afuera el mundo se puede estar cayendo en pedazos pero acá adentro estamos edificando nuestro reino. Abrazáme así, hasta mañana.

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