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Mostrando entradas de marzo, 2018

Tiempo Muerto

Le reniega el corazón   por el viento fuerte que abraza sus cabellos. Le tiene celos hasta el aire que la toca toda, cada momento. Está ahogado en el mar violento de la soledad cuando piensa que ya transcurrieron tres poemas y dieciséis canciones, cinco mañanas en ayuno, un almuerzo lleno, la cena por dormir y la madrugada del sábado con abstinencia. Piensa en ella. La recuerda alegre y eso lo ahoga. Se olvida de respirar porque su cabeza enferma se queda con el aire que le sobra en ése segundo de la historia sin fin, de los lazos que no los unen, del día que llena otro día que llena otro mes en el año lunar del calendario salvaje. Y se va, apenas llega el oxígeno se va. Revuelve su sangre, sus neuronas, acaricia sus pulmones pero nada de lo que haya tocado permanece puro porque esa es la fragilidad del universo y es también su mayor poder alterno: el cambio que cuando exhala vomita dióxido de carbono. Se distrae mirando por la ventana. El día es gris y llovizna. Reflexiona sob...

Bloc de notas

-¿Cómo te sentís, amor? Abro lentamente los ojos, estoy desorientada. No sé qué día es hoy, no sé qué hora es, no sé dónde estoy y lo que es todavía más extraño, no sé quién está a mi lado. No respondo porque no sé cómo estoy. -¿Amor? ¿Querés que llame a la enfermera? La llamo así te revisa, y vemos que esté todo bien. Me suelta la mano, que sólo él sujeta y me da un beso tibio en los labios. Puedo escuchar voces afuera,  claramente estoy en un hospital. -¿Cómo se siente, señorita? Permítame el brazo, voy a tomarle la presión y la temperatura. -Disculpe, ¿Qué me pasó?-digo mientras levanto el brazo para que coloque el termómetro. La enfermera mira al joven que besó mis labios,  invitándolo a responder mi pregunta. -Te caíste en la bañera, amor. Te estabas dando una ducha y parece que te resbalaste, te golpeaste la cabeza, y  sangrabas, por eso te traje. Estuviste inconsciente, hasta hoy. -¿Hasta hoy? -Sí, te traje hace 4 días. El dolor...

El comienzo de todo

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Mi madre siempre cuenta cómo abuela, al enterarse que estaba embarazada nuevamente, le recriminaba su irresponsabilidad: "apenas podés con uno, y ahora traés a otro chico al mundo, ¿con qué necesidad? te aviso que yo no te lo voy a cuidar". Dice madre que fueron 9 meses de puro reproche, mientras yo me gestaba inconsciente dentro de su vientre.  Resulta que en  el día de mi natalicio, abuela dijo segura de su postura "yo no voy, me quedo en casa". Así fue cómo mis primeras horas de vida estuvieron marcadas por la orfandad de mi abuela. Sin embargo, al día siguiente, fue presa de la curiosidad y se dirigió al sanatorio donde aún nos encontrábamos con mi madre. -¿A dónde está la chiquita? La vine a conocer. Yo ,recién nacida, no tenía muchos lugares para estar, y con apenas algunas horas de vida ya había definido mi lugar favorito: los brazos de mamá. Estaba ahí, envuelta en una mantita descansando la cabeza sobre el pecho de mi progenitora, escuchando sus latidos por...