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Mostrando entradas de abril, 2018

Lima limòn

Les voy a contar una de mis historias favoritas de otoño. Es una de mis favoritas porque representa en su esencia uno de mis mayores logros: el haber desaprobado el examen sobre el tema "apariencias". En la casa de mi mamá hay un pasillo largo que conecta el living con el patio, y atraviesa 4 habitaciones, la cocina y el baño. La casa de mi mamá es grande. Siempre reniega de ello porque limpiarla nunca es fácil. Ese pasillo significó para mi todo tipo de aventuras. No sé...  Tiene algo que me invita a transitarlo sintiéndome bien. En mi niñez fue mi pista de carreras. Corría contra mi, huía de mi. Es que en mis juegos solitarios yo cumplía diferentes papeles al mismo tiempo: el ladrón, el Policía, la mamá, el papá, la madre y la hija. Pero lo que más me divertia era jugar a la carrerita y ser la que ganaba, pero consecuentemente ser, también, la que perdía. Transitaba entonces a alta velocidad dando todo lo que mis piernas podían, me agotaba pero tomaba aire y volvia a cor...

El beso

Respira ansiedad de lo que pudo ser pero no fue. Mira de reojo el celular, como intentando darle órdenes para que suene. Porque le dijeron que si desea algo con muchas fuerzas, termina sucediendo. Pero no tiene suerte. Hay cosas que simplemente no pueden ser y entonces, no son. Se duerme entre 7 libros, porque nunca se decide cual terminar. Y de repente tres golpecitos en la puerta. Cree que es un sueño, y gira hacia la izquierda abranzan do la almohada alta. Y tres golpecitos de nuevo... Abre sus ojos y se percata que es real. Tímido, detrás de la puerta pregunta: -¿Si? ¿Quién es? -¡Abri! Me estoy mojando. El corazón que lo tenia anudado a la luna de los recuerdos se vuelve pronto, agitado, a su pecho. Abre presuroso la puerta. Es ella. -¿No me darías un último beso de buenas noches en esta noche de lluvia de amores por llorar?

Mujer de barro

Llevas en tus cabellos la brisa de la montaña, Se ondulan en tu cuerpo los senderos de muchas almas. En tus ojos negros late la tierra, siempre viva, Y en tus manos acunas la santa pacha. Pueden tus labios estar secos, Pero tus besos son mezcla de río y de mar. Y tu risa, poema griego de resurrección, Alegra los espíritus viajeros de ayer y de hoy. Vistes colores alegres, El verde pasto, la pradera marrón, El azul del cielo y el fuego de Dios. Mujer de barro,   te conozco el arte que amas, La música que te conmueve, La distancia que extrañas… Me sé de memoria los secretos que callas, Se cruzan los caminos delante de tu día ,todo el día, Mujer de barro, que nadie te confunda, sos magia.

El envión

-¿Te caíste? -Si, otra vez. ¿Cómo sabés? -Por el moretón. Ése que te quedó en el pecho, ¿todavía te duele? -Si, qué se yo. Ya va a pasar. -Es que no me hacés caso. Te dije, te dije que tengas cuidado. Pero no me escuchás. -¡Pero tenía el cartel! Las luces estaban encendidas, la puerta estaba abierta, había mucha gente en la fiesta, la música sonaba bien, muy bien. -¿Y? ¿Sólo por eso tomaste el envión? ¿ves que sos? -Vos me conocés mejor que nadie, no pienso mucho las cosas. -¡No! No sólo no pensás las cosas, es peor que eso. Vos lo que hacés es darte cuenta que es una mala idea, una TERRIBLE idea y entonces: “Envión y a ser feliz”. Y así te va. Te estrellás… -¡Bueno che! No me hagas reír que todavía me duele. Aparte… ¿cuántas vidas tengo en esta vida? Si no me arriesgo yo, ¿quién se arriesga por mi? -Entonces…vos sabrás. Hacéte cargo de lo que te pasa. -¡Claro que sí! Si yo sabía todo de antemano. Te dije que tenía el cartel: “IMPOSIBLE” en mayúsculas y con letra roja. Y que tenía la p...