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Mostrando entradas de mayo, 2018

El peso muerto de las palabras

La noche congela mis huesos. Me abriga una copa de vino malbec de una bodega local. Al levantar la vista mi nariz es capaz de respirar hasta la vía láctea, por ello distingo con total facilidad estrellas fugaces, titilantes, luminosas. Entiendo, de inmediato, lo insignificante que debo parecer en esta fogata desde el inmenso cielo azul. Enciendo un cigarrillo sólo para verlo consumirse porque el tiempo también es tabaco, y se disipa y no regresa. Se acerca, contento. Tiene ésa sonrisa pícara en la cara. Todavía no se lo dije, no sé cómo hacerlo. -¿Sentís frío, amor?- me abraza cariñosamente por la espalda y me da dos besos suaves en la nuca, después apoya su mentón en mi hombro izquierdo y mira el fuego arder, conmigo. -Estoy bien, ¿vos? -Muy bien, me gusta que hayamos venido. ¿Viste que fue una buena idea? -Sí, amor. Siempre tenés buenas ideas- giro y le beso los labios. Me abrazo a él con fuerza, y miento – te quiero.

Espejito,espejito

-Nunca me había imaginado otro final para este cuento. ¿Hay tantas brujas disfrazadas de princesas? -¿Qué hacés aquí? ¿Estás borracho? -¡No me hablés! No me hablés y dejáme decirte todo lo que siento. Yo no me hubiera imaginado nunca otro final, menos uno tan trágico, tan fatídico. Sos un final siniestro, ¿sabés? -Mirá, no sé de qué hablás. Voy a llamar a la policía. -De sentimientos hablo. Pero claro que no sabés, si vos no tenés eso. Por lo menos no tenés sentimientos buenos. Sos, en todo caso, un monstruo disfrazado de codorniz. Te veo ahora, y tiemblo. Se me revuelve el estomago de saber que una vez sentí amor por alguien tan perverso. -¿Perverso? -Te imagino sí, te imagino. Puedo hacerlo. Alardeando de tu tiempo que no pasa, de cómo tu piel no envejece. De lo llamativa que te queda la boca con el labial rojo pero yo a vos te conozco sin maquillaje, a vos te dieron las doce hace mucho tiempo. No sos ni cenicienta, ni hada madrina, ni calabaza ni rata de a...

Esteban

Juega con la cajita de cigarros. Un golpecito, dos…y tres. Finalmente el cigarrillo sale al exterior. Lo toma con sus manos y recorre lentamente el papel que envuelve el tabaco. Lo enciende, tranquilo. Según el reloj de pared el próximo tren llegará en poco más de 40 minutos y él permanece sentando en una banca sucia y vieja al costado de las vías. Alguien lo observa desde atrás, alguien que esconde su rostro en las pocas sombras artificiales que aún muestra la noche justo antes de partir, pero sus ojos brillan rojos como excedidos de la luz de algún flash, como contaminados por alguna sustancia ilegal y traspasan vorazmente la distancia efímera que los separa. Justo antes de la última pitada, el tipo de la oscuridad se le acerca y con tono firme pero amable le pregunta: -¿Me darías fuego? Sin siquiera levantar la vista para mirar quién le habla, el joven desaliñado arroja lo que queda de su cigarrillo al suelo y lo pisa para apagarlo. -No tengo fuego. -En tu camisa, ahí ...

Breve lista de las intensas cosas que quiero olvidar.

Para esta noche de luna disfrazada con nubes, tengo un poema en lista. Se llama Breve lista de las intensas cosas que quiero olvidar. Y detallo a continuación: 1)       La hermosa manera que tienen tus ojos para sonreír. 2)       Tus labios rojos marcando mis labios secos. 3)       La caricia anestesiadora de cada día 6. 4)       El acto involuntario de buscarte cuando me decís que no. 5)       El reflejo de la luna nueva en la laguna calma de valle escondido. 6)       Tu superpoder para hacerme reír. 7)       La manera sobrenatural con la que convertís en magia a la aburrida rutina. 8)       Tu color. 9)       Tu sabor. 10)    Tu perfume. 11)    Tu piel. 12)    Tu voz   cuando pronuncia mi nombre. 13)...