La mafia negra de los medicamentos
¿Conocen la historia oculta de la mafia de los medicamentos? Seguramente no, porque la inventé hace un ratito. Hoy ha sido un día largo, extenuante y algo abrumador. Camino a casa hice una parada técnica en la farmacia. Saco un número y me toca el “37”. Fabuloso, pensé, porque a mí me encantan los números impares. Pero cuando miré la pantalla iban atendiendo al número 31. Los que me conocen saben bien que no me gusta esperar, no podía ser perfecta ¿sí? Soy impaciente. Soy la persona más impaciente del planeta, sin embargo, tomé un lugar en las sillas vacias y me crucé de piernas a aguardar mi turno. Husmeaba Facebook y me reía de algunos posteos, cuando entró una señora con un bebé en brazos y otro niño de la mano: Mateo. Supe de inmediato que se llamaba así porque su mamá entró gritando su nombre: -¡Basta Mateo! ¡Basta! ¡Me tenés re cansada! -Pero mamá – lloraba Mateo- quiero Oreo, quiero mis galletitas Oreo. -¡Cortála Mateo! Y sentáte ahí. ¿Ahí dónde? se preguntarán uste...