Auto-control
Esta historia está basada en hechos reales Como todos, cuando llegamos a este mundo llegamos sin saber hacer casi nada. Cuando yo llegué, ni siquiera supe cómo respirar. Me obligaron a hacerlo y en esa obligación me salvaron la vida. El primero de mis recuerdos es uno de mis favoritos. Ya lo conté antes, en uno de mis cuentos, en Lima Limón. Mi primer recuerdo es una toma de cine que registra mis movimientos en cámara lenta. Yo tenía, tal vez y como mucho, 4 años –quizás tres-. En ese recuerdo me veo a mi misma de frente, cayendo al suelo, sintiendo el peso del aire por debajo de mis piernas. Peso frágil pero poderoso que me invitaba a levitar unos centímetros hacía el techo y caer de jeta al piso. La jeta tuvo suerte esa vez (esa vez, porque años más tarde la vida hizo justicia con ella pero dejaremos eso para otra anécdota). Como sucede en un film de categoría alta hubo –hay- en mi recuerdo un cambio de cámara: vi desde mí misma un escalón y no supe tener un acto reflejo de aux...